lunes, 26 de mayo de 2014

CORTÁZAR Y BAYÓN, APUNTES DE UNA AMISTAD

Publicado el 12 de abril de 2014 en GranadaHoy

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Gracias, Damián, por tu mensaje que me alienta en este vacío que me envuelve. Llámame a la vuelta, veámonos. Te abrazo con todo cariño. Este es el último contacto por escrito que hemos conservado de la relación entre Julio Cortázar y Damián Bayón, y es la última pieza que se expone en esta interesantísima exposición, que perdurará hasta el verano, en el Instituto de América de Santa Fe: centro cultural de referencia en la provincia de Granada que atesora, desde sus inicios, el legado del historiador de arte Damián Bayón.



Damián Bayón nació en Buenos Aires en 1915 y fue un historiador y crítico de arte de gran importancia, especialmente para el conocimiento del arte hispanoamericano contemporáneo, aunque sus preocupaciones abarcan desde los estudios sobre el mecenazgo y el poder en la Castilla del siglo XVI, hasta el arte colonial y sus relaciones con el europeo. Bayón fue un intelectual comprometido con su tiempo y así, ejerció como editor de revistas, como profesor universitario en París y como crítico, siendo además un elegante escritor que nos ha dejado un importante corpus bibliográfico en forma de monografías, artículos de revistas y críticas artísticas en diferentes periódicos y revistas internacionales. En 1984 asistió a los cursos de verano de la Universidad de Granada, teniendo contacto por vez primera con los intelectuales locales, lo que dió origen a su decisión de donar entre 1993 y 1995, fecha de su muerte, su archivo y su biblioteca a Santa Fe, ciudad ligada con hispanoamérica por lazos históricos, a través de las Capitulaciones para el descubrimiento del Nuevo Mundo.




Ahora, en esta exposición, se muestra una pequeña porción del valor de esos fondos documentales y bibliográficos donados por el ilustre historiador, con los que se narra la relación de amistad con el escritor Julio Cortázar. Con motivo del cincuenta aniversario de la publicación de Rayuela y la cercanía del centenario del nacimiento de Bayón, el Instituto de América y el Ateneo de Granada, nos ofrece esta exposición, sencilla y comedida que bajo el título Julio Cortázar – Damián Bayón. Argentinos de París, evoca –en palabras de su comisario, Juan Antonio Jiménez Villafranca– la relación de estos dos argentinos y el ambiente cultural, literario, artístico y musical que servía de fondo al París de los años 50 y 60.
Es en este París de postguerra, en el que triunfan el informalismo y el existencialismo e irrumpe el jazz, donde se afincan un buen número de intelectuales latinoamericanos, entre los que se encuentra un importante grupo de argentinos, a los que Damián Bayón llama la “Comunidad”. Han llegado a París huyendo del clima político y social irrespirable de muchas repúblicas latinoamericanas que, gracias a su formación francófona y cosmopolita, se integrarán con facilidad en la sociedad y la cultura francesas, llegando a sentirse tan a gusto que jamás volverán, convirtiéndose en expatriados. Muchos de ellos obtendrán la nacionalidad francesa y morirán en París. Este es el caso de nuestros dos protagonistas, Julio Cortázar y Damián Bayón. 


Estamos, pues, ante una exposición documental en la que se pueden contemplar primeras ediciones de Julio Cortázar, firmadas y dedicadas al historiador, una importante bibliografía de teoría y estética, y una amplia representación de catálogos de artistas como Picasso, Torres García o Klee, de la época parisina de ambos protagonistas, así como revistas y otras publicaciones dedicadas al cine y la fotografía. Temas estos, muy presentes en la obra de Cortázar que no permanecieron ajenos a los intereses de Damián Bayón y entre los que destaca un ejemplar de la obra “Les Europens” de Cartier Bresson, autógrafiado y dedicado por el gran fotógrafo francés.


Es importante, también, la selección de catálogos de artistas latinoamericanos, a los que en ocasiones no tenemos lo suficientemente en cuenta en Europa, de los que Damián Bayón fue un gran valedor. Así, figuras como Julio Le Parc, Antonio Seguí, Penalba, Eduardo Jonquieres o Roberto Matta, quedan documentados a través de su participación en bienales y en exposiciones individuales en Francia, algunas con textos de Bayón, Pablo Neruda o Antonio Bonet Correa.





Toda esta información nos centra en el mundo parisino en el que desarrollaron su labor creativa los dos amigos argentinos. Incluso, a través de una gráfica muy bien resuelta y una banda sonora, se recrean aquellas músicas que Julio Cortázar conoció, disfrutó, compró y dejó documentada en sus cuentos y novelas, teniendo un peso específico el mundo del jazz a través de Charlie Parker, Miles Davis, Count Basie o Louis Armstrong, pero también de algunos compositores contemporáneos como Schonberg o Webern. Pero, todo esto se habría quedado manco sin la correspondencia entre los dos personajes. Son un conjunto de cartas, no demasiado extenso, que abarcan desde 1954 hasta 1982, en las que se palpa la amistad y la confidencia, como en el caso en que Cortázar está inmerso en la edición de la traducción de la obra de Edgar Allan Poe, o las impresiones de sus viajes por Italia, o en la que desfilan otros importantes personajes del momento, como Octavio Paz o Francisco Ayala.


Por último, una vitrina nos muestra una serie de importantes documentos relativos al famoso Mayo del 68 francés, con el escrito de solidaridad de intelectuales y artistas a favor de los estudiantes argentinos que ocuparon el pabellón argentino de la Ciudad Universitaria de París, firmado por personalidades como Jean Paul Sartre, Juan Goytisolo, Fernando Arrabal y, cómo no, por Cortázar y Bayón, entre otros muchos.
En definitiva, una exposición cuidada y muy refinada que ha sido posible gracias a la existencia del legado y la custodia que desde el Instituto de América de Santa Fe se realiza. Algo de lo que hay que congratularse, pues el nivel documental del mismo sería muy apreciado en cualquier archivo o biblioteca internacional.



domingo, 6 de abril de 2014

ACAECIÓ EN GRANADA. TRN, migrando entre las formas



Publicado en GranadaHoy el 13 de enero de 2014





Todas las fotos proceden de los muros de facebook de TRN, CIEN-GRAMOS y GRUPO DE FE
Estamos acostumbrados a que las grandes manifestaciones artísticas vengan de la mano de alguna institución pública o privada y se nos olvida que el arte no lo realizan dichas instituciones. Es más, se podría decir que, en muchas ocasiones, ni tan siquiera saben encargarlo. El arte se produce por sus creadores y estos se encuentran diseminados por la geografía y por el tiempo de forma diversa. Unas veces coinciden y se agrupan, creando una generación o un estilo, y en otras existen con independencia de las modas o los signos marcados desde el comercio o cualquier otro tipo de interés. Este es el caso sorprendente del proyecto TRN.



TRN es un laboratorio artístico que ha adoptado la forma de asociación cultural sin ánimo de lucro que afronta, desde su nacimiento, las premisas de una ambigüedad y una libertad absoluta a la hora de abordar diferentes postulados artísticos.
Fundado por Antonio Collados y Fernando G. Méndez, artistas vinculados al mundo cultural granadino y a la Facultad de Bellas Artes de esta ciudad, abordó desde el principio una de las carencias estructurales del arte contemporáneo en Granada, tal como es el espacio físico en donde poder realizar diferentes experiencias. Así, desde un punto que podríamos denominar doméstico, abrieron su propia casa; una sencilla casa familiar en el barrio de La Chana, con un apetecible patio, centrado por la imponente imagen de una crecida palmera que daría nombre al proyecto. Así surgieron, durante un año aproximadamente, una docena de propuestas artísticas que aunaron a artistas de diferente sesgo, edad, estilos e intereses, en acciones concretas que se desarrollaban en el espacio tridimensional que ofrecía la vivienda, al tiempo que se realizaban fanzines y se conseguía la concurrencia de público, todo ello sin necesidad de dinero público, con autofinanciación y magnífica disposición de artistas y visitantes.



Cuando la Casa de la Palmera, hito para el futuro artístico de esta ciudad, pasó a otras manos, el proyecto TRN también evolucionó, migrando hacia el campo de la memoria y el registro de acciones pasadas. Fue una especie de reflexión sobre lo sucedido. Gran parte de lo realizado en la casa tenía un carácter efímero, de acción o fungible; exactamente igual que había ido pasando con una gran cantidad de ensayos y proyectos anteriores a ellos mismos y que sin embargo eran responsables de lo que actualmente pasaba en el arte granadino. Así, TRN se planteó crear una línea editorial que registrara para el futuro, la mayor cantidad posible de hechos artísticos realizados en Granada, desde los años setenta hasta la actualidad. De esta forma, surge la editorial CIENGRAMOS, cuyo primer volumen estaba dedicado a la experiencia realizada en la Casa de la Palmera.

El segundo tomo, presentado en noviembre de 2013, está dedicado a la figura de un artista como Miguel Benlloch, cuya forma de crear es la puesta en escena performática de problemas y sensaciones, regidas por la incomodidad social, tanto del género como de la aceptación del otro; es decir, los roces políticos que conlleva la libertad de expresión y, por tanto, su manifestación como una forma de agitación cultural. El tomo se abre con una magnífica introducción epistolar de la teórica del arte Mar Villaespesa, dirigida al propio autor, en la que hace un recorrido por la obra de Benlloch, por su relación de amistad, pero también por los paisajes y el paisanaje de una Granada que fue hace veinte años y que fue mutando hasta ahora, en una transformación imparable, tal cual es la característica de la performance. Por lo que este texto también es una reflexión sobre el espacio de la memoria, su debilidad y su grandeza.



El cuerpo central del libro está ocupado por seis textos de Miguel Benlloch, que narran la historia y el porqué de las acciones que quedan documentadas fotográficamente en el propio volumen. Así, desde el “Pregón de la feria de Loja”, patria chica del artista, a las actuaciones del “Cutrechou” en una caseta del Corpus granadino de 198… y pocos, pasando por la intensa narración “Acaeció en Granada” que da título al libro, en la que narra la relación que se produjo entre la ciudad de Granada y el gran artista americano James Lee Byars, autor de aquella espectacular esfera de oro posada frente al palacio de los Córdova en 1991.


La obra se cierra con un ajustado repaso a otras acciones, reflexiones sobre los objetos y  su transformación en signos, o los “Alboroques” o agasajos de corte performancero, como le gusta a Benlloch definirse, hacia personas con las que mantiene afinidad.

Acaeció en Granada es pues un libro de gran interés para la memoria del arte en Granada y de sus creadores, un volumen necesario para el conocimiento de la Granada de la contemporaneidad y una mirada hacia lo realizado, a veces de trascendencia internacional, que no fue debidamente propagado ni registrado en el momento en que se producía. Por tanto, un acierto de TRN y de CIENGRAMOS el abrir esta línea editorial que supondrá la solidificación de las acciones realizadas en esta ciudad. Acierto que esperamos se reproduzca en el nuevo proyecto GRUPO DE FE que editará en breve un disco en vinilo credo por artistas plásticos que para esta ocasión han adoptado la música como vehículo expresivo de su obra.