Enlace a GranadaHoy
Gracias, Damián, por
tu mensaje que me alienta en este vacío que me envuelve. Llámame a la vuelta,
veámonos. Te abrazo con todo cariño. Este es el último contacto por escrito
que hemos conservado de la relación entre Julio Cortázar y Damián Bayón, y es
la última pieza que se expone en esta interesantísima exposición, que perdurará
hasta el verano, en el Instituto de América de Santa Fe: centro cultural de
referencia en la provincia de Granada que atesora, desde sus inicios, el legado
del historiador de arte Damián Bayón.
Damián Bayón nació en Buenos Aires en 1915 y fue un
historiador y crítico de arte de gran importancia, especialmente para el
conocimiento del arte hispanoamericano contemporáneo, aunque sus preocupaciones
abarcan desde los estudios sobre el mecenazgo y el poder en la Castilla del
siglo XVI, hasta el arte colonial y sus relaciones con el europeo. Bayón fue un
intelectual comprometido con su tiempo y así, ejerció como editor de revistas, como
profesor universitario en París y como crítico, siendo además un elegante
escritor que nos ha dejado un importante corpus bibliográfico en forma de
monografías, artículos de revistas y críticas artísticas en diferentes
periódicos y revistas internacionales. En 1984 asistió a los cursos de verano
de la Universidad de Granada, teniendo contacto por vez primera con los
intelectuales locales, lo que dió origen a su decisión de donar entre 1993 y
1995, fecha de su muerte, su archivo y su biblioteca a Santa Fe, ciudad ligada
con hispanoamérica por lazos históricos, a través de las Capitulaciones para el
descubrimiento del Nuevo Mundo.
Ahora, en esta exposición, se muestra una pequeña porción
del valor de esos fondos documentales y bibliográficos donados por el ilustre
historiador, con los que se narra la relación de amistad con el escritor Julio
Cortázar. Con motivo del cincuenta aniversario de la publicación de Rayuela y
la cercanía del centenario del nacimiento de Bayón, el Instituto de América y
el Ateneo de Granada, nos ofrece esta exposición, sencilla y comedida que bajo
el título Julio Cortázar – Damián Bayón.
Argentinos de París, evoca –en palabras de su comisario, Juan Antonio
Jiménez Villafranca– la relación de estos dos argentinos y el ambiente cultural,
literario, artístico y musical que servía de fondo al París de los años 50 y
60.
Es en este París de postguerra, en el que triunfan el
informalismo y el existencialismo e irrumpe el jazz, donde se afincan un buen
número de intelectuales latinoamericanos, entre los que se encuentra un
importante grupo de argentinos, a los que Damián Bayón llama la “Comunidad”. Han
llegado a París huyendo del clima político y social irrespirable de muchas
repúblicas latinoamericanas que, gracias a su formación francófona y
cosmopolita, se integrarán con facilidad en la sociedad y la cultura francesas,
llegando a sentirse tan a gusto que jamás volverán, convirtiéndose en
expatriados. Muchos de ellos obtendrán la nacionalidad francesa y morirán en
París. Este es el caso de nuestros dos protagonistas, Julio Cortázar y Damián
Bayón.
Estamos, pues, ante una exposición documental en la que se
pueden contemplar primeras ediciones de Julio Cortázar, firmadas y dedicadas al
historiador, una importante bibliografía de teoría y estética, y una amplia
representación de catálogos de artistas como Picasso, Torres García o Klee, de
la época parisina de ambos protagonistas, así como revistas y otras
publicaciones dedicadas al cine y la fotografía. Temas estos, muy presentes en
la obra de Cortázar que no permanecieron ajenos a los intereses de Damián Bayón
y entre los que destaca un ejemplar de la obra “Les Europens” de Cartier
Bresson, autógrafiado y dedicado por el gran fotógrafo francés.
Es importante, también, la selección de catálogos de
artistas latinoamericanos, a los que en ocasiones no tenemos lo suficientemente
en cuenta en Europa, de los que Damián Bayón fue un gran valedor. Así, figuras
como Julio Le Parc, Antonio Seguí, Penalba, Eduardo Jonquieres o Roberto Matta,
quedan documentados a través de su participación en bienales y en exposiciones
individuales en Francia, algunas con textos de Bayón, Pablo Neruda o Antonio
Bonet Correa.
Toda esta información nos centra en el mundo parisino en el
que desarrollaron su labor creativa los dos amigos argentinos. Incluso, a
través de una gráfica muy bien resuelta y una banda sonora, se recrean aquellas
músicas que Julio Cortázar conoció, disfrutó, compró y dejó documentada en sus
cuentos y novelas, teniendo un peso específico el mundo del jazz a través de
Charlie Parker, Miles Davis, Count Basie o Louis Armstrong, pero también de
algunos compositores contemporáneos como Schonberg o Webern. Pero, todo esto se
habría quedado manco sin la correspondencia entre los dos personajes. Son un
conjunto de cartas, no demasiado extenso, que abarcan desde 1954 hasta 1982, en
las que se palpa la amistad y la confidencia, como en el caso en que Cortázar
está inmerso en la edición de la traducción de la obra de Edgar Allan Poe, o las
impresiones de sus viajes por Italia, o en la que desfilan otros importantes
personajes del momento, como Octavio Paz o Francisco Ayala.
Por último, una vitrina nos muestra una serie de importantes
documentos relativos al famoso Mayo del 68 francés, con el escrito de
solidaridad de intelectuales y artistas a favor de los estudiantes argentinos
que ocuparon el pabellón argentino de la Ciudad Universitaria de París, firmado
por personalidades como Jean Paul Sartre, Juan Goytisolo, Fernando Arrabal y,
cómo no, por Cortázar y Bayón, entre otros muchos.
En definitiva, una exposición cuidada y muy refinada que ha
sido posible gracias a la existencia del legado y la custodia que desde el
Instituto de América de Santa Fe se realiza. Algo de lo que hay que
congratularse, pues el nivel documental del mismo sería muy apreciado en
cualquier archivo o biblioteca internacional.







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